30 de Octubre del 2003
Revelación de la Prensa
Un misterioso arco de luz encontrado detrás de un distante grupo de galaxias ha resultado ser la más grande, más brillante y más caliente región de formación de estrellas jamás vista en el espacio.
El así llamado arco Lynx es 1 millón de veces más brillante que el bien conocido Orión Nebula, una cercana región prototipo de nacimiento de estrellas visible con telescopios pequeños. El recientemente identificado Súper grupo contiene un millón de estrellas azules y blancas que son dos veces más calientes que las estrellas en nuestra galaxia de la Vía Láctea. Es una rareza de ejemplo visto de los días tempranos del universo donde tormentas furiosas de los nacimientos de estrellas resplandecen a través del cielo. La espectacular abundancia del grupo es obscurecida cuando es vista desde la Tierra sólo porque está a 12 billones de años luz a lo lejos.
El descubrimiento de este único y perplejo objeto es el resultado de un estudio sistemático de grupo distantes de galaxias llevado a cabo con el mayor Rayo X, óptica, y telescopios infrarrojos, incluyendo el telescopio espacial Hubble de la NASA, ROSAT, y el telescopio de Keck. Robert A.E. Fosbury de una agencia europea de facilidad de coordinación de telescopios espaciales europeos en Alemania y el equipo internacional de co-autores, reportaron el descubrimiento el 20 de octubre en la edición del Periódico Astrofísico.
La mega grupo de estrellas aparece como un misterioso arco rojo detrás de un grupo de galaxias distante a 5.4 billones de años luz a lo lejos en la constelación del norte Lynx. El arco es una expandida y magnificada imagen de un misterioso objeto celestial cerca de 12 billones de años luz de distancia (a un rojo desvío de 3.36), mucho más allá de los grupos de galaxias. Esto significa que los orígenes remotos existieron cuando el universo tenía menos de 2 billones de años de edad.
Fosbury y sus colegas primero intentaron identificar el arco analizando sus luces, pero el equipo no era capaz de reconocer el patrón de colores en la firma espectral del remoto objeto. Mientras buscaba la correspondencia con los colores espectrales, Fosbury se dio cuenta que la luz estaba relacionada a esa de la cercana Nebula Orión, una región de nacimiento de estrellas en nuestra propia Vía Láctea. Sin embargo, donde la Nebula de Orion está potenciada por sólo cuatro calientes y brillantes estrellas azules, el arco de Lynx debe contener alrededor de millones de tales estrellas.
Además, el espectro muestra que las estrellas en el arco Lynx son dos veces más calientes que las estrellas centrales de la Nebula de Orión, cuya temperatura superficial está arriba de 144.000 grados Fahrenheit (80.000 grados Celsius). Aún cuando hay mucho más brillantes y más grandes regiones de formación de estrellas que la Nebula de Orión en nuestro universo local, ninguna es tan brillante como el arco de Lynx, y ninguno contiene tan gran número de estrellas calientes.
Incluso las más masivas, normales estrellas no son más calientes que alrededor de 72.000 grados Fahrenheit (40.000 grados Celsius). Sin embargo, las estrellas formadas del gas prístino original en el temprano universo pueden ser más masivas y consecuentemente más calientes--tal vez arriba de los 215.000 grados Fahrenheit (120.000 grados Celsius). Las estrellas más tempranas podían haber sido tantas como varios miles de masas solares, pero la caracterización química del universo de hoy previene formarse a las estrellas más allá de casi 100 masas solares. Tales estrellas súper calientes “primordiales” son consideradas ser los primeros objetos luminosos en condensarse después de que el Big-Bang se congeló. Los astrónomos creen que estas primeras estrellas se formaron considerablemente más temprano que el arco de Lynx--arriba de 1.8 millones de años antes. “Este remarcable objeto es lo más cerca que hemos llegado hasta ahora viendo que tal primordial objeto puede aparecer cuando nuestros telescopios se vuelvan lo suficientemente más poderosos como para verlos”, dice Fosbury. El deseo de estudiar el primer objeto luminoso en el universo es el principal impulso científico detrás de la construcción del telescopio espacial James Webb de la NASA, programado para lanzar en el 2011.
El equipo está compuesto por R.A.E. Fosbury (Agencia Europea Espacial / facilidad de Coordinación de Telescopios Espaciales Europeos, Alemania), M. Villar-Martín y A. Humphrey (Universidad de Hertfordshire, UK) M. Lombardi y P. Rosati Observatorio Europeo del Sur, Alemania, D. Stern (Instituto de Geofísica y Planetario Físico) R.N. Hook (ST-ECF/STScI), B.P. Holden y S.A. Standford (Universidad de California), Escudero G.K. (SIRTF Centro Científico), M. Rauch (Los observatorios del Instituto Carnegie de Washington), y Sargento W.L.W. (Instituto de Tecnología de California).
Fuente http://hubblesite.org/newscenter/newsdesk/archive/releases/2003/32/text/
Fecha de edición: 14/11/2004Fecha del artículo original: 17/02/2004Categoría: Descubrimientos CientíficosVersión en inglés disponible en: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2004/2/18/45231.htmlCategoría: Descubrimientos Científicos
El descubrimiento de este único y perplejo objeto es el resultado de un estudio sistemático de grupo distantes de galaxias llevado a cabo con el mayor Rayo X, óptica, y telescopios infrarrojos, incluyendo el telescopio espacial Hubble de la NASA, ROSAT, y el telescopio de Keck. Robert A.E. Fosbury de una agencia europea de facilidad de coordinación de telescopios espaciales europeos en Alemania y el equipo internacional de co-autores, reportaron el descubrimiento el 20 de octubre en la edición del Periódico Astrofísico.
La mega grupo de estrellas aparece como un misterioso arco rojo detrás de un grupo de galaxias distante a 5.4 billones de años luz a lo lejos en la constelación del norte Lynx. El arco es una expandida y magnificada imagen de un misterioso objeto celestial cerca de 12 billones de años luz de distancia (a un rojo desvío de 3.36), mucho más allá de los grupos de galaxias. Esto significa que los orígenes remotos existieron cuando el universo tenía menos de 2 billones de años de edad.
Fosbury y sus colegas primero intentaron identificar el arco analizando sus luces, pero el equipo no era capaz de reconocer el patrón de colores en la firma espectral del remoto objeto. Mientras buscaba la correspondencia con los colores espectrales, Fosbury se dio cuenta que la luz estaba relacionada a esa de la cercana Nebula Orión, una región de nacimiento de estrellas en nuestra propia Vía Láctea. Sin embargo, donde la Nebula de Orion está potenciada por sólo cuatro calientes y brillantes estrellas azules, el arco de Lynx debe contener alrededor de millones de tales estrellas.
Además, el espectro muestra que las estrellas en el arco Lynx son dos veces más calientes que las estrellas centrales de la Nebula de Orión, cuya temperatura superficial está arriba de 144.000 grados Fahrenheit (80.000 grados Celsius). Aún cuando hay mucho más brillantes y más grandes regiones de formación de estrellas que la Nebula de Orión en nuestro universo local, ninguna es tan brillante como el arco de Lynx, y ninguno contiene tan gran número de estrellas calientes.
Incluso las más masivas, normales estrellas no son más calientes que alrededor de 72.000 grados Fahrenheit (40.000 grados Celsius). Sin embargo, las estrellas formadas del gas prístino original en el temprano universo pueden ser más masivas y consecuentemente más calientes--tal vez arriba de los 215.000 grados Fahrenheit (120.000 grados Celsius). Las estrellas más tempranas podían haber sido tantas como varios miles de masas solares, pero la caracterización química del universo de hoy previene formarse a las estrellas más allá de casi 100 masas solares. Tales estrellas súper calientes “primordiales” son consideradas ser los primeros objetos luminosos en condensarse después de que el Big-Bang se congeló. Los astrónomos creen que estas primeras estrellas se formaron considerablemente más temprano que el arco de Lynx--arriba de 1.8 millones de años antes. “Este remarcable objeto es lo más cerca que hemos llegado hasta ahora viendo que tal primordial objeto puede aparecer cuando nuestros telescopios se vuelvan lo suficientemente más poderosos como para verlos”, dice Fosbury. El deseo de estudiar el primer objeto luminoso en el universo es el principal impulso científico detrás de la construcción del telescopio espacial James Webb de la NASA, programado para lanzar en el 2011.
El equipo está compuesto por R.A.E. Fosbury (Agencia Europea Espacial / facilidad de Coordinación de Telescopios Espaciales Europeos, Alemania), M. Villar-Martín y A. Humphrey (Universidad de Hertfordshire, UK) M. Lombardi y P. Rosati Observatorio Europeo del Sur, Alemania, D. Stern (Instituto de Geofísica y Planetario Físico) R.N. Hook (ST-ECF/STScI), B.P. Holden y S.A. Standford (Universidad de California), Escudero G.K. (SIRTF Centro Científico), M. Rauch (Los observatorios del Instituto Carnegie de Washington), y Sargento W.L.W. (Instituto de Tecnología de California).
Fuente http://hubblesite.org/newscenter/newsdesk/archive/releases/2003/32/text/
Fecha de edición: 14/11/2004Fecha del artículo original: 17/02/2004Categoría: Descubrimientos CientíficosVersión en inglés disponible en: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2004/2/18/45231.htmlCategoría: Descubrimientos Científicos
